Algún domingo, que es cuando los amores
comienzan, el nuestro termino, y no fue una gran sorpresa para ninguno de los
dos, lo sabíamos, la rutina había matado todo.
No hubo gritos o llanto, solo una
mirada de vació que mostraba el espacio donde nuestro amor habitó.
No hubo música triste en el
fondo ni mucho menos suplicas, la habitación se llenó del suspiro de nuestros
corazones. Aliviados de tanto dolor.
Te vi en la puerta con tu
maleta llena de luz y sonreí; para que también llevaras esa foto
mental mía, sentada en las escaleras abrazando la almohada, que ahora sería mi
compañera de sueños.
El domingo pronto terminará...
ya otro día, otra vida empezará.... sin ti
Te amé, lo juro
Me amaste, lo sé.
Verbos en pasado, recuerdos en
sepia, y nuestros nombres tallados en aquel árbol del bosque es o que dejo este
amor eterno que duro lo que debió durar.
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